Formas desordenas,
orden divino.
Se elevan, se retraen, se compactan.
Se funden en una maravillosa paz de cinestesia.
De lejos, perfección,
de cerca caos.
Es incomprensible tanta armonía,
tanta creatividad, divino diseño.
Sólo tú, has podido crearnos mágicos,
elocuentes, dinámicos, divinos (no más que tú, pero con tu esencia).
Así somos, grandiosos y diminutos, cual fractales...
Llenos de misterios, de grandeza y sencillez
inyectados de colores imperceptibles al ojo humano.
Sensibles y vulnerables no hay más.
Y tu te deleitas con tu producto magistral... el ser humano.
Así que sólo somos fractales vivientes, en un mundo cambiante
y desordenado, que sólo es sostenido por tu tierna y poderosa mano.
¡Gracias¡
